El enfriamiento del Pacífico parece inminente, pero expertos coinciden en que la neutralidad climática seguirá predominando. ¿Qué significa esto para el agro?
Redacción El Qhubo/ Periodista Jesús Chacín
La próxima campaña agrícola 2025/26 podría estar marcada, una vez más, por un escenario de incertidumbre climática. Sin embargo, el último informe internacional de consenso elaborado por el Instituto Internacional de Investigación sobre el Clima y la Sociedad (IRI), con sede en la Universidad de Columbia, indica que lo más probable es que se mantengan condiciones de neutralidad del fenómeno El Niño-Oscilación del Sur (ENOS), al menos hasta finales del invierno. Esta tendencia, de confirmarse, marcaría una relativa estabilidad en los patrones de lluvia y temperatura para buena parte del país.
La Oficina de Riesgo Agropecuario (ORA), en su resumen técnico, explica que actualmente se registra una condición ENOS-neutral en el océano Pacífico ecuatorial. Esto significa que las temperaturas del mar no presentan ni el calentamiento propio del fenómeno El Niño, ni el enfriamiento característico de La Niña. En otras palabras, el mar se comporta con cierta “normalidad”, lo cual reduce aunque no elimina el riesgo de eventos extremos como sequías prolongadas o lluvias excesivas.


Aun así, los modelos del IRI y el Conjunto Multimodelo de América del Norte (NOAA) advierten que hay un aumento progresivo en las probabilidades de que La Niña se instale durante la primavera y el verano del hemisferio sur. Pero hay un matiz clave, aunque el enfriamiento del océano podría comenzar en los próximos meses, no se espera que se mantenga el tiempo suficiente como para ser considerado formalmente un evento La Niña. Según la definición técnica de la NOAA, esto requiere que las condiciones se sostengan durante al menos cinco temporadas consecutivas de tres meses, algo que los datos actuales no respaldan.
Para el trimestre agosto-octubre, el pronóstico otorga un 56% de probabilidades a que se mantenga la neutralidad, mientras que las chances de una transición a La Niña aumentan después, pero sin superar por amplio margen a las de un escenario neutral. Esta ambigüedad en los pronósticos obliga a productores, técnicos y tomadores de decisiones a mantenerse en alerta, ya que las condiciones pueden cambiar rápidamente y afectar el rendimiento de los cultivos.
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La ORA concluye que, al menos por ahora, no se prevén alteraciones drásticas a largo plazo en el clima, aunque advierte que habrá que seguir de cerca los informes mensuales, ya que cualquier variación en la temperatura del océano Pacífico puede tener un efecto dominó en la campaña agrícola. La planificación con información actualizada será clave para reducir riesgos y optimizar las decisiones productivas.
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